15 jul 2011

Instinto Primario





"Esta vez no erraré el tiro". Ese pensamiento acompañó la trayectoria de la flecha. La punta de ésta atravesó limpiamente la espalda del chico, alcanzando de lleno su corazón. Estalló en fuegos artificiales.
La joven, ni alta ni baja, era de la estatura justa para encajar con el muchacho, quien ya se le acercaba.
Cupido se lamentó, y partió furioso una de sus flechas en la rodilla.

-¿¡De qué está hecha esta gente!?

Buscó otra presa. Prefería los adolescentes porque le parecían más débiles y solían desplazarse en manada, lo cual ayudaba a no errar el tiro.
-Sólo quiero comer algo -gimió tensando el arco.




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