2 jul 2011

As Time Goes By


Ahora sólo se alimenta de ricachones, la muy víbora. Veinte años atrás, éramos dos jóvenes que sólo se tenían el uno al otro. Lo más valioso que yo poseía era el reloj de mi padre y ella un vestido de seda de su madre. Que nunca se ponía por miedo a estropearlo.

Hoy, es una nueva rica casada por tercera vez. Los fallecimientos de sus anteriores esposos debieron alertar al tercero, pero casi parece pedirlo a gritos. Cuando muera, ella heredará setecientos millones de euros, más otros tantos en bienes gananciales. Más del doble que de los anteriores.
Y pensar que a mí me mató sólo por aquel reloj. 







1 comentarios:

Jorge Daniel Romero Castillo dijo...

Y este fue el tercero de los seleccionados; hasta la fecha.

Publicar un comentario