13 jul 2011

Incertidumbre





-Entonces, ¿cómo podemos saber que esto no es un sueño?-decía Ana.

Esa idea era inquietante. El rostro de él parecía apesadumbrado ante aquel pensamiento en voz alta. Cambió su expresión, para tranquilizarla. Sonrió y contestó:

-Si así fuera... ¿no es increíblemente hermoso?

Contemplando ese rostro calmado, seguro, real, Ana comenzó a apaciguar aquel miedo.
En ese instante el sonido del despertador, aun lejano, la hizo sobresaltar...

No tanto por la confirmación de lo que había sido su mayor temor, sino por verse a través de aquellos calmados, seguros y reales ojos. Y en los últimos instantes antes del despertar, sentirse aterrada ante la posibilidad de que el sueño no fuera suyo.







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